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Thursday, May 31, 2012

VIVAMOS EN ARMONIA, COMUNICANDONOS BIEN!



Comunicarnos bien es indispensable para tener relaciones sanas. Muchos malos entendidos, enemistades y separaciones, se deben a que no hemos aprendido este arte.

Si expresaramos claramente lo que deseamos y pensamos, seria mas facil que nos entendieramos y que crecieramos en nuestra relacion, como amigos, padres, hijos, companeros de trabajo etc .

Se dan separaciones entre nosotros, porque cometemos el error de asumir o imaginar cosas,  que no siempre son ciertas. Primero las pensamos, luego las creemos y como no las comunicamos, o las comunicamos mal, afectan nuestras actitudes, y es cuando se presentan los silencios y las separaciones.

Muchos conflictos surgen porque esperamos que los demas sepan lo que necesitamos, cuando lo que deberiamos hacer es dirigirles, para que asi nos conozcan, y puedan complacernos.

Algunos optan por callar, y cuando no se les da lo que esperan, se llenan de resentimiento, pero las personas no sabran lo que necesitamos, a menos que se lo comuniquemos.

Aprendamos a digirnos a nuestros seres queridos, con claridad y con respeto, porque esto nos asegurara relaciones saludables y armoniosas.

Descartemos los gritos, las indirectas mal intensionadas, las palabras groceras y aseveraciones hirientes, porque solo traeran destruccion y heridas.

Lo que esperamos para nosotros, debe ser lo que estemos dispuestos a ofrecer.  Procuremos estar alertas, pues en la boca esta el poder de contruir y destruir.

Nada mas lindo y productivo, que comunicarnos con respeto, claridad y amor, si lo practicamos, podremos ver sus beneficios,  viviremos rodeamos de amigos, y siempre tendremos con quien compartir.


"Quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y griteria y habla injuriosa, junto con toda maldad” Efesios 4:31

"No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. "Efesios 4:29



DALE COLOR A TU VIDA !
Reflexiones que nutren el ser interior.
Por: Ingeborg Bernhard