¡Uf que alivio, cerramos un ciclo e iniciamos otro! Muchos quizás exclamaron esto. Para algunos el ciclo que pasó pudo haber sido no muy bueno pues enfrentó adversidad, perdida y dolor, pero ahora se presenta la oportunidad, una que es nueva y que trae un calendario vacío para que escribamos en cada día lo que deseamos.
¿De que color pintaras el ciclo que comienza?
Sabemos que los pensamientos de Dios son de bien para nosotros, y El, cada día
nos quiere sorprender con bendición. Esas bendiciones ya están a nuestra
disposición, pero necesitaremos accionar para alcanzarlas. Es así que algo
debemos cambiar si no nos ha dado buenos resultados, puede ser nuestra actitud,
nuestra fe o nuestra manera de hablar.
Sera bueno iniciar por poner nuestros planes en las
manos de Dios y asegurarnos que Él nos acompañará a través de ellos, que no
emprenderemos el camino solos y que tendremos su bendición. Luego nos convendrá
cambiar la estrategia que veníamos usando si esta no nos dio resultado,
comenzando por preguntarnos en donde debemos mejorar porque las bendiciones
están esperando por nosotros, pero debemos arrebatarlas.
Este pasaje en Juan 5:1-9 nos indica algo importante: Después
de estas cosas, era un día de fiesta de los Judíos, y subió Jesús a Jerusalem y
hay en Jerusalem a la puerta del ganado un estanque, que en hebraico es llamado
Bethesda, el cual tiene cinco portales. En estos yacía multitud de enfermos,
ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua, porque un ángel
descendía a cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía
en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier
enfermedad que tuviese, y estaba allí un hombre que había treinta y ocho anos
que estaba enfermo. Como Jesús vio a este echado, y entendió que ya había mucho
tiempo, dicele: Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre
que me meta en el estanque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto
que yo vengo, otro antes de mi ha descendido. Dicele Jesús: Levántate, toma tu
lecho, y anda. Y luego aquel hombre fue sano y tomo su lecho....
Notamos que Jesús dice en el verso 8 "levántate,
toma tu lecho, y anda" Estará hablándonos Dios y diciéndonos esto mismo, estará
El diciéndonos que hagamos algo para que cambiemos el curso de nuestras vidas y
lo hemos ignorado? Es necesario levantarnos, accionar y comenzar a andar, llenos
de fe y esperanza y dejar de poner excusas si queremos prosperar.
Nada se ha escrito en piedra y no tiene que
permanecer igual por siempre, las cosas pueden cambiar, pueden mejorar y pueden
ser lo que esperamos, pero nosotros lo debemos provocar. Ya contamos con el
favor de Dios que quiere que seamos prósperos en todas las cosas, así como
prospera nuestra alma, así que tomemos la decisión de escribir una nueva
historia, haciendo lo que sea necesario para lograrlo.
Decreta un nuevo comienzo lleno de bendicion. Haz lo que tengas que hacer y es tu responsabilidad y lo que no puedas hacer, Dios lo hara porque esa es su promesa, pero sin lo primero no se puede lograr lo segundo, porque hay cosas que las debemos hacer nosotros para que Dios honre nuestra disposicion y nuestra fe.
Hablemos bien, actuemos como se espera de nosotros y esperemos confiadamente en Dios que siempre nos quiere bendecir.
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhartd