Que tu historia sirva como señal a los
que te rodean y vienen detrás de ti.
Somos responsables de lo que hacemos y
esta bien asumir esa responsabilidad, eso se llama madurez. Cada día llenamos
una hoja de nuestro libro de memorias y todo lo que hagamos pondrá diferentes
matices a nuestra historia. Tenemos la capacidad para decidir lo que
escribiremos en nuestro libro, aunque no podemos controlar los eventos que
vivamos.
La manera de reaccionar ante estos
eventos es nuestra decisión, pues siempre tendremos opciones. He vivido lo
suficiente para saber que ante un evento desalentador, es mejor conservar la
paz y esto no se logra, sino siendo agradecidos con la vida y con Dios. Tendemos
a reclamar, también a enojarnos cuando las cosas no salen como lo deseamos,
pero nos olvidamos que en realidad ni siquiera nuestras vidas nos pertenecen,
todo es propiedad de Dios y sus designios se deben respetar.
Claro que no podemos responsabilizar a
Dios de lo malo que nos sucede, porque muchos problemas nos los buscamos
nosotros mismos, y justificándonos no los solucionaremos, una verdadera restauración
viene cuando nos rendimos, asumimos lo que nos corresponde y empezamos a
trabajar en mejorar y cambiar lo que hemos hecho mal. Lo importante es trabajar
en las cosas que hemos arruinado y
aprender de lo vivido.
Debemos escribir nuestra historia con valentía,
pues es de admirar a alguien que aunque en un momento fallo, se supo levantar
con la frente en alto. Para lograr semejante cosa, debemos dejar a un lado el
orgullo, pues la falta de humildad no nos dejara aceptar que nos equivocamos.
Cuando reconocemos nuestra condición, y aceptamos que somos vasijas frágiles y
que la perfección es algo que le corresponde únicamente a Dios, estaremos dando
un gran paso y otorgando una gran lección a los que nos observan.
No dejes de vivir por las vergüenzas que
has protagonizado, reconócelas, deja que Dios las transforme en bendición para
ti y para otros. Se humilde para que así puedas perdonarte, levantarte y seguir
adelante. Cuando uno ha sido triturado y golpeado en lo más profundo es cuando
puede luego brillar porque recuerda, los diamantes sufren un proceso a través de
los golpes del cincel, y nosotros gracias a los golpes de la vida podemos
descubrir la verdadera belleza interior.
La Biblia nos dice…”Porque siete veces cae el justo
y vuelve a levantarse” Proverbios 24:16ª por lo tanto es hora de
levantarse, animo, tu eres un valiente!
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard