Uno de los mandamientos lee: “Honra a tu
padre y a tu madre…”, pero pocas veces se hace mención de la responsabilidad de
los padres con los hijos. Es por
alarmantes situaciones recientes y actuales con relación a las madres que pregunto:
¿Y que hay de las Madres para con sus hijos?
Madres, ¿por qué descuidan
a sus hijos? ¿Por qué ignoran a
sus hijos? ¿Por qué los
alejan? ¿Por qué culpan a
otros por sus errores con ellos? ¿Por
qué justifican sus fallas? ¿Por qué permiten que se pierdan a la
oscuridad, al olvido, al odio, a la indiferencia?
Madres, ¡ya basta con el
chantaje, con los caprichos, con el orgullo, con todo aquello que no edifica! ¿Acaso
estas cosas traen algo bueno? ¿Acaso
esto es ejemplo para tus hijos?
Madres, rompan las cadenas de atadura que
les persigue por generaciones y les impide una relación amorosa con sus hijos. Aunque ustedes no hayan recibido el cariño,
el amor, la compresión, la dirección, la educación, las oportunidades, etc., esto
no es motivo, ni excusa, ni justificación para continuar y permanecer con este
comportamiento. Activen su dominio
propio, su fuerza de voluntad para romper con este círculo de indiferencia, de
amargura, de rechazo, de victima…
Madres, eduquen e instruyan a sus hijos con su propio ejemplo, con amor, con bondad, con sacrificios, con justicia, con gozo, con propósito, sin envidia. Los hijos no las escogieron como madres. ¡Recuerden esto siempre! Hay una responsabilidad maternal que no debe ser ignorada. Tus hijos no pidieron nacer dentro de tus situaciones o circunstancias actuales, no tuvieron oportunidad de escoger “etnia” (cultura, lengua, religión, estructura social y política, etc.), ni “raza” (color de piel, contextura corporal, estatura, etc.), ni condición económica – absolutamente nada. Es mas, ¡muchos hijos se quejan de su propia existencia! ¿Te has preguntado por qué? Quizás tú seas la razón. Probablemente no, pero, ¿haz hecho algo al respecto, algo para enderezar sus caminos?
Madres, siembren buena semilla en la vida sus
hijos, sean inteligentes, estén alerta, amen para ser amadas, aparten tiempo
con sus hijos para recibir el tiempo de ellos, preocúpense por sus intereses,
por sus aspiraciones, por sus sueños y metas.
Aprendan a discernir las buenas intenciones de los hijos que se
encuentran detrás de los ingenuos errores.
Honren a sus hijos.
Madres, ¿de que sirve
conquistar el mundo, si tus hijos están perdidos? ¿De que sirve acumular riquezas si el dinero
no podrá despertarlos de su muerte espiritual o física? ¿De que
les sirve ir a la iglesia para proyectar una imagen opuesta a la realidad? Que tus hijos no pasen desapercibidos por
ti.
¡Hoy es el momento para decidir un cambio!
Madres, vivan para enseñarles a sus hijos
el verdadero significado del amor y el camino de la verdad y la vida. Esto debe iniciar en sus hogares.
"Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen." - Salmo 103:13.
Referencias:
I Corintios 13:4-8. "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser..."
Deuteronomio 6:5-7. "Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes."
Juan 14:6. "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."
Marcos 8:36. "Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Mario Dore-Bernhard