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Monday, January 27, 2014

CAMBIA TU PARA QUE LO DEMÁS CAMBIE





No hay duda alguna que la obediencia es una virtud que todos debemos procurar porque nos conviene, nos evita el cansancio, malestar y problemas. Sin embargo, solamente Jesús fue obediente hasta la cruz y a los seres humanos nos cuesta mucho seguir instrucciones. Si los procesos se demoran los queremos acortar, si lo que deseamos se ve lejos queremos evitar el trayecto, empezamos un proyecto y queremos ver el producto terminado ya. No tenemos paciencia y en lugar de esperar y cumplir con las directrices, empezamos a buscar atajos. Nos gusta lo que es fácil y rápido. La tardanza nos hace desesperar y al impacientarnos corremos el riesgo de echarlo a perder todo.
 
A mí me ha pasado que por andar muy de prisa queriendo acelerar el paso se me cae algo en la cocina y después he tenido que trabajar más recogiendo el desastre. Cuando en nuestro diario vivir sentimos que algo no se concreta, que nuestros seres queridos no cambian, que las finanzas no mejoran, en lugar de seguir en la brecha haciendo lo que debemos hacer, recurrimos a soluciones instantáneas y totalmente equivocadas.
 
Un negocio que no prospera como deseamos y lo abandonamos, cuando estaba a punto de sorprenderte. Un esposo o una esposa amargada que cambiamos por otro (a) que te salió peor. Nos cuesta mucho perseverar y preferimos andar brincando de un lugar conocido  a uno desconocido en donde no sabemos lo que vamos a encontrar.
 
¿No sería más sabio y prudente seguir insistiendo en donde has puesto ya mucha de tu fuerza? ¿Porque perder la inversión? Es probable que lo que se necesite no es un nuevo prospecto, sino una nueva estrategia para trabajar en el que ya tienes. No te sorprendas si cuando hayas saltado de un proyecto a otro y te desilusiones quieras retomar el anterior y este ya no esté disponible.
 
Pienso que si algo no está funcionando debemos revisar con sinceridad como lo estamos administrando, puede ser que lo que veamos muy difícil en realidad no lo sea y con un poco de cariño y buena disposición, logremos prosperarlo. No esperes que las personas y las cosas cambien, cambia tu y has que ellas cambien dándoles el tiempo que sea necesario el que siempre será menor que si volvieras a empezar en otro lugar,  o con una persona extraña.
 
No te desanimes, cambia tu actitud, invierte bien, mira tu sueño con esperanza y espera con paciencia. Un árbol bien cuidado, siempre  dará buen fruto.

DALE COLOR A TU VIDA
Reflexiones que nutren tu ser interior

Por: Ingeborg Bernhard