La negatividad cansa tanto al que tiene
esta actitud como a los que les toca estar expuestos a ella.
Que sensación más fea y aburrida debe ser
la que se siente cuando amaneciendo el día lo primero que escuchas son lamentos
y quejas. A nadie le deseo esta manera terrible de iniciar la jornada, pues es
desagradable, cansada, altera los nervios e indispone a cualquiera. La vida es
muy hermosa para dejar pasar desapercibidas las bendiciones que cada amanecer
nos ofrece, y no debemos desperdiciarla invirtiendo mal el tiempo y dejándonos envolver
por la amargura y la negatividad de personas que no han entendido el mal que se
hacen a ellas mismas hablando mal y teniendo mala actitud ante todo lo que les
acontece.
Ah, pero que diferente es abrir los ojos
y dejar que una sonrisa asome en nuestro rostro, enumerando cada una de las
cosas por las que tenemos que dar gracias a Dios. Tengo una ventana grande en
el dormitorio y lo primero que veo al amanecer es el cielo azul iluminado,
escucho el canto de los pájaros y veo los arboles danzando al compas del viento
que me invita a amar la vida y a pensar bien acerca de mi. Abro mis ojos y
pienso en Dios y digo contenta “lo he logrado, he vivido un día mas”, y en este dia tengo una
nueva oportunidad, hoy puedo lograr los sueños que ayer no pude alcanzar, hoy
puedo disfrutar de mis hijos, hoy puedo decirle a los que amo lo importantes
que son para mi, hoy puedo hacer la diferencia en el lugar donde vaya, hoy
puedo mejorar interiormente, hoy algo bueno me sorprenderá.
¡Una actitud positiva hace mucho bien!
La actitud que tengamos puede cambiar
nuestro día, si nos dedicamos a quejarnos por todo, no tardaremos en sentirnos
mal, y el disgusto abatirá nuestra alma y enfermara nuestro cuerpo. Las
personas con las que interactuemos se darán cuenta de que todo nos molesta y se
alejaran porque nadie quiere estar cerca de alguien negativo que profiere amenazas desagradables incluso por pequeñeces.
Es mejor iniciar el día con buen ánimo,
esperando buenas cosas y dispuestos a dar lo mejor, pues la alegría contagia a
cualquiera y a la persona positiva todos lo quieren acompañar. Podemos dar una
palabra de ánimo, una afirmación, una declaración positiva, una bendición y haciendo
esto nos sentiremos bien, tendremos fuerzas para enfrentar con valor la adversidad
y ganaremos muchos amigos. Pensemos bien, conduzcámonos mejor y vivamos en paz
como el apóstol Pablo declara:
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.” (Filipenses 4:7-9)
DALE COLOR A TU VIDA!