Nuestra confianza en Dios es probada
cuando pasamos momentos difíciles, porque cuando estamos bien y tenemos todas
las cosas que necesitamos, es muy fácil ser agradecidos y estar confiados, pero
cuando lo que representa nuestra seguridad y nuestra comodidad se pierde,
comienzan nuestras quejas, temores y reclamos.
Cuando Dios le dijo al profeta Elías que
fuera al arroyo de Querit, no lo envió a un lugar cómodo, todos sabemos que un
arroyo puede secarse rápidamente, no es comparable a un rio o a un lago; su extensión es mucho más pequeña y puede
desaparecer. Sin embargo, Elías obedeció la instrucción de su Señor sin
argumentar.
Lo que sucedía con Elías es que no confiaba
en lo que veía, no confiaba en el arroyo, sino en Dios. El obedeció porque no dependía de
la bendición, sino del responsable de ella. Todo lo que le mando hacer su Señor
parecía ilógico ¿porque no quedarse con Abdías quien alimentaba a 100
profetas, porque apartarlo a un lugar solitario, lejos de los que él amaba? Sencillamente
porque a veces Dios quiere que no nos distraigamos para que estemos muy atentos
a sus instrucciones y dependamos totalmente de El.
Aun en medio de la dificultad, Dios cuida
de nosotros, mientras Abdías alimentaba a los profetas con pan y agua, Dios
mandaba a los cuervos a llevarle pan y carne a Elías y bebía del arroyo, esto
quiere decir que aun en la situación mas difícil por la que estemos pasando, si
confiamos en el Señor y dependemos de El, no nos abandonara y nos dará lo
que necesitemos para nuestro sustento. Puede ser que no tengamos abundancia,
lujos ni comodidad por un tiempo, pero nada de lo esencial nos faltara porque
Dios cuidara de nosotros.
Cuando te falten las cosas, el dinero,
los amigos, trabajo y los recursos, sigue confiando en Dios, porque el tiempo
que pases en el desierto junto a El, te hará ser mas agradecido, tu fe crecerá
y tu amor por el será mas grande, porque habrás aprendido que lo material no es
lo mas importante, la bendición no es tu seguridad sino el que la otorga. Lo
material viene y va, puede faltar, pero
quien siempre estará contigo aun en los momentos malos, de sequia y escases es quien nos provee de todas las cosas nuestro Buen Padre y Senor.
No te aflijas cuando estés pasando por el
desierto, sino esta atento a la voz de Dios quien te permite llegar ahí para
que te fortalezcas, le conozcas mejor y seas una mejor persona.
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard