Mientras
no superemos las heridas y los recuerdos del pasado que nos hacen daño, no
podremos ser felices. Debemos avanzar, no podemos quedarnos atrapados en el
ayer, mucho menos si este nos causa dolor. La vida se nos puede ir sin que la
disfrutemos por estar lamentándonos por las desilusiones que hemos vivido o por
los recuerdos de eventos que nos dejaron un mal sabor.
El
único que vive en la eternidad es Dios, pero nosotros vivimos dentro del tiempo
para que sepamos que el pasado es una etapa que se puede superar, que el
presente lo podemos apreciar y que el futuro lo podemos disfrutar. Igual que
hacemos con un libro leído debemos continuar con nuestra vida, capitulo vivido,
capitulo cerrado. Dios cada día nos da una nueva oportunidad, pero a veces no
la queremos tomar.
Es
cuestión de actitud, la forma en la que queramos vivir. Nosotros tenemos la
capacidad de decidir si quedarnos solos, tristes y amargados pensando en lo que
no pudo ser, o en lo que salió mal, o podemos levantar nuestra mirada al cielo
y aprovechar que tenemos un Dios Todopoderoso que se deleita en hacer las cosas
nuevas. Nuestro Dios no es uno de remiendos, Él no recoge los pedazos para
unirlos con pegamento que tarde o temprano terminara por ceder, Él toma
nuestras vidas y las restaura en su totalidad y cambia las cosas de manera que
nuestros quebrantos nos acerquen a la felicidad.
Isaías 43:19 nos recuerda lo que Dios es capaz de hacer:
“He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la
conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.”
¿No te das cuenta que cada día tu Señor esta esperando que aceptes
lo que te quiere dar? ¿Hasta cuando vas a seguir sufriendo si el dolor que hoy
te quebranta puede quedar atrás? Dios te esta diciendo que hará cosa nueva en
tu vida, que no tienes que vivir en un desierto solo y desamparado, que Él
puede reverdecer lo que se ha secado y darle vida a lo que no tiene. El propósito
por el que vives aun no se ha cumplido, hay muchas cosas agradables y buenas
que esperan por ti, pero es necesario que en lugar de ver hacia lo que ya no se
puede cambiar, veas al Dios que te ama y que te quiere bendecir.
Anda anímate y recuerda que un pasado no superado es un presente
no disfrutado. Nunca es tarde para empezar, toma la oportunidad de cambiar tu
vida hoy, y encamínate hacia ese futuro que esta lleno de esperanza y de
bendiciones que no has vivido aun.
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard