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Wednesday, October 24, 2012

BUSCA EL NINO EN TI





“Dejen que los niños vengan a mi, porque de los que son como ellos, es el Reino de los Cielos.” Mateo 19:14

De una manera simple Jesús nos dejo dicho como debemos ser para poder entrar en el cielo, él pudo dar una gran catedra al respecto pero en lugar de eso uso una manera clara de enseñarnos. Buscar en los niños sus virtudes para que supiéramos la manera de agradarle a El, esa es una tarea que debemos hacer y conociendo sus virtudes tenemos que anhelarlas y procurarlas para nosotros.

Una de las imágenes mas tiernas que podemos disfrutar es la de un bebe, figura tan tierna incapaz de pensar ni hacer nada malo. Un recién nacido es un ser inocente incapaz de maquinar ni hacer daño a nadie. Él depende totalmente de sus padres, no se preocupa por nada, tiene paz porque no tiene afán por cosa alguna. Los niños creen y confían en sus padres, les aman, saben que ellos les darán todo lo que necesitan, y no tienen miedo. Ellos no piensan en el pasado ni están angustiados por el futuro sino que viven intensamente el presente. Están muy atentos a todo, son ingeniosos y creativos y si hay algo que hacen bien es reír y disfrutar de la vida. Los niños no están pensando en vengarse ni en guardar rencor, siempre están dispuestos a dar otra oportunidad y a ofrecer cariño y amor.

A los niños la ingenuidad los caracteriza, todo lo creen, la inocencia les adorna, no piensan mal ni sospechan de nadie, la dulzura brota inevitablemente porque de amor están llenos sus corazones, son espontáneos en todo momento, transparentes y genuinos, no adoptan poses ni usan mascaras, se presentan como son.

Todas estas características genuinas en los niños son las que necesitamos los adultos adquirir para que nuestras vidas honren a Dios, el problema cuando crecemos es que somos influenciados por el materialismo, los desencantos nos hacen desconfiar, las heridas nos vuelven rencorosos, el maltrato nos lleva a la venganza y nuestra esencia de niño queda olvidada tal y como si nunca hubiese existido, pero la verdad es que también fuimos niños, con sus virtudes fuimos creados y así debemos anhelar volver a ser, pero la única manera de lograrlo es muriendo cada día a todo lo que distorsiona nuestra vida y a lo que hemos aprendido mal.

Busquemos el niño en nosotros, trabajemos en las áreas que debemos, rindamoslas a Dios cada día y mejoremos. Necesitamos ver a nuestro Padre Dios, como aquel que nos cuida y protege, como aquel en quien podemos encontrar paz y reposo, debemos confiar nuestra vida a él y seguir sus instrucciones porque él nos ama, aprendamos de el todas las cosas, pues él nos modelo mansedumbre, humildad, amor, perdón, benignidad, misericordia, verdad, en todas estas cosas necesitamos crecer.

Hoy es un buen día para cambiar, pongamos más atención a los niños y aprendamos a ser como ellos. Examinemos nuestras motivaciones y actitudes, corrijámonos y rindámonos a Dios.

DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard