No
sé si te ha pasado, que cuando echas a perder algo, te parece que ya no hay
manera de arreglarlo, o cuando has perdido un trabajo, crees que nunca volverás
a tener uno igual. Si te pregunto por el área sentimental, no es cierto que las
perdidas duelen, y sientes que jamás te superaras. Los problemas económicos no
los podemos ignorar, pues si perdemos una casa o un negocio, nos imaginamos que
otra oportunidad no vendrá.
Puede
ser que en relación a esos pensamientos negativos que nos asaltan de alguna
manera tengamos excusa para darles cabida, pues muchas veces las personas nos
fallan y nos dan la espalda cuando más las necesitamos, nosotros también lo
hacemos en algunos momentos. Tal vez no estemos lejos de la verdad al pensar
que el hombre no volverá a confiar en nosotros, no nos ofrecerá más su amistad
y no nos ayudara nuevamente, sin embargo es en esas circunstancias que el “PERO”
de Dios llamara nuestra atención.
¿Cómo
notamos el “PERO” de Dios?
Cuando nos equivocamos, los hombres nos juzgan
duramente, “Pero Dios” nos da una nueva oportunidad.
Cuando
perdemos cosas materiales y dinero, “Pero Dios” se acuerda de nosotros y nos
devuelve todo multiplicado y la perdida se convierte en ganancia. Acuérdate de
Job.
Cuando
los diagnósticos médicos dicen que no pueden hacer nada por nosotros, “Pero
Dios” nos sana. En un caso extremo Dios resucita a los muertos….un ejemplo, Lázaro.
Cuando
perdemos a personas que amamos, “Pero Dios” nos restituye con su paz y con el
amor de otras personas…al Rey Azuero le llego Esther.
Es
cierto que hay enfermedades terminales, bancarrotas materiales y sentimentales,
divorcios y pérdidas de todo tipo y en cualquier momento algo de esto nos puede
querer derrumbar y es en esas situaciones en las que debemos estar muy atentos,
porque es seguro que un “PERO” de Dios está a punto de sorprendernos.
¿Has
perdido algo hoy o en estos días? ¿Tus pensamientos te traicionan y te engañan?
Ríete de ellos y diles que tu estas esperando que Dios se pronuncie y diga la última
palabra. Es en esa palabra que tú debes creer. Puede ser que ahora te sientas
triste y abatido, “Pero Dios” no se ha olvidado de ti y te saldrá al encuentro
con bendición.
Efesios 2:4-5
“Pero Dios”, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos).
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard