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Thursday, January 31, 2013

..."PERO DIOS"...






No sé si te ha pasado, que cuando echas a perder algo, te parece que ya no hay manera de arreglarlo, o cuando has perdido un trabajo, crees que nunca volverás a tener uno igual. Si te pregunto por el área sentimental, no es cierto que las perdidas duelen, y sientes que jamás te superaras. Los problemas económicos no los podemos ignorar, pues si perdemos una casa o un negocio, nos imaginamos que otra oportunidad no vendrá.

Puede ser que en relación a esos pensamientos negativos que nos asaltan de alguna manera tengamos excusa para darles cabida, pues muchas veces las personas nos fallan y nos dan la espalda cuando más las necesitamos, nosotros también lo hacemos en algunos momentos. Tal vez no estemos lejos de la verdad al pensar que el hombre no volverá a confiar en nosotros, no nos ofrecerá más su amistad y no nos ayudara nuevamente, sin embargo es en esas circunstancias que el “PERO” de Dios llamara nuestra atención.

¿Cómo notamos el “PERO” de Dios?

Cuando nos equivocamos, los hombres nos juzgan duramente, “Pero Dios” nos da una nueva oportunidad.

Cuando perdemos cosas materiales y dinero, “Pero Dios” se acuerda de nosotros y nos devuelve todo multiplicado y la perdida se convierte en ganancia. Acuérdate de Job.

Cuando los diagnósticos médicos dicen que no pueden hacer nada por nosotros, “Pero Dios” nos sana. En un caso extremo Dios resucita a los muertos….un ejemplo, Lázaro.

Cuando perdemos a personas que amamos, “Pero Dios” nos restituye con su paz y con el amor de otras personas…al Rey Azuero le llego Esther.

Es cierto que hay enfermedades terminales, bancarrotas materiales y sentimentales, divorcios y pérdidas de todo tipo y en cualquier momento algo de esto nos puede querer derrumbar y es en esas situaciones en las que debemos estar muy atentos, porque es seguro que un “PERO” de Dios está a punto de sorprendernos.

¿Has perdido algo hoy o en estos días? ¿Tus pensamientos te traicionan y te engañan? Ríete de ellos y diles que tu estas esperando que Dios se pronuncie y diga la última palabra. Es en esa palabra que tú debes creer. Puede ser que ahora te sientas triste y abatido, “Pero Dios” no se ha olvidado de ti y te saldrá al encuentro con bendición.

Efesios 2:4-5
Pero Dios”, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).


DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard