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Sunday, September 30, 2012

POR QUE TE IMPACIENTAS?




 

Tal parece que naciéramos siendo impacientes; recuerdo el llanto insistente y a veces desesperante de mis hijos cuando eran bebes. Lloraban como si algo grave les pasara y tal ves necesitaban su biberón o el cambio de sus panales. Solía reírme mucho al verlos tan pequeños y tan enojados, y es que a esa edad la única herramienta que tienen los bebes es su llanto mediante el cual quieren reclamar sus derechos ignorados. Aquellas diminutas personas, hasta cambiaban de color por su impaciencia, y mientras esperaban que su leche se enfriara, parecía que nada los consolaría.

Los niños cuando más grandecitos si no se les corrige y se les ensena que la impaciencia no los conducirá a nada bueno, seguirán comportándose sin tolerancia alguna a la espera. Muchas personas al no haber sido aleccionadas a este respecto, crecen comportándose de una manera tan impaciente que cualquier cosa les arruina su día. Se molestan por todo; quieren resultados instantáneos; suelen presionar a las personas que están a su alrededor ya sea en la casa o en el trabajo y llega un momento que aleja a todos los que son sus colaboradores, porque no hay quien aguante a una persona desesperada que no respeta la manera ni el espacio de los demás.

Debemos estar muy agradecidos y contentos de que Dios no es impaciente, porque si fuera así cuantas veces nos hubiera dicho arréglatelas como puedas porque me canse de esperar. ¿Cuantas veces Dios ha esperado por nosotros para que entendamos que estamos haciendo las cosas mal? Cuantas veces nos ha repetido una y otra vez lo que nos conviene y seguimos insistiendo en lo mismo pero él no se cansa de esperar. El bien podría decirnos, te perdone una vez pero no sucederá más, porque te digo y  te enseno y tardas en escuchar.

¿Si Dios se comportara con nosotros con impaciencia donde estaríamos? ¿No es cierto que se siente bien que nos tengan paciencia porque somos tardos en aprender? Pues pensando es esas cosas deberíamos tomarlo de referencia y cambiar, no seamos impacientes pues la impaciencia no nos ayuda, sino que nos hace mal y le hace mal a los que nos rodean . Tenemos que mentalizarnos y  aprender a esperar, pues esperaremos en fila, esperaremos en tráfico, esperaremos respuestas y no lo podremos evitar, nos conviene aprender a tener paciencia porque la impaciencia nos puede amargar y además es una muestra de falta de confianza en Dios.

En el Salmo 130:5 leemos: "Espero en el Señor; en El espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza."

Isaías 50:15-18 "Porque así ha dicho el Señor DIOS, el Santo de Israel, en arrepentimiento y en reposo seréis salvos; en quietud y confianza está vuestro poder.” Por tanto, el SEÑOR espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para tener compasión de vosotros. Porque el Señor es un Dios de justicia; ¡Cuán bienaventurados son todos los que en El esperan!"

No te impacientes confia en el Señor tu Dios porque no se avergonzaran los que esperan el El.
 
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard