Es tan importante aprender a hablar bien,
no solamente debemos ser prudentes sino gentiles cuando nos comunicamos.
¿No es cierto que cuando las cosas las
comunican terceros el mensaje puede transmitirse distorsionado? La entonación en
la manera de hablar es tan importante como las palabras que pronunciamos, no es
lo mismo gritar una oración que decirla de manera cortés. Algunos aprendieron
desde su niñez a hablar de manera incorrecta y cuando se ven en la necesidad de
comunicarse con personas de otra cultura, tienen problemas porque no toleran que se les
hable golpeado.
Muchos problemas entre las parejas tienen
que ver con la situación que señalo, la cual pareciera no tener importancia,
pero que puesta en práctica, puede provocar incomodidad, molestar, indisposición
y enojo. Cuando aprendemos a comunicarnos con respeto, sin golpear los
sentimientos de los demás, siempre obtendremos mejores resultados que si
gritamos, y exigimos.
La reacción inmediata cuando alguien nos
habla mal o cuando no cumplen algo que nos prometieron y que para nosotros es
de suma importancia es enojarnos, alzar la voz y decir palabras amenazantes,
pero lo que esta actitud provoca es una reacción poco amable que causara heridas,
y separación.
No provoquemos a ira a nuestro prójimo, sé
que no es fácil guardar la compostura cuando alguien queda mal con nosotros o
nos trata con poco respeto, pero la mejor estrategia para evitar que la fiera
que algunos llevan por dentro salga a flote, es evitar las palabras groseras y
los gritos.
Dice la palabra en Proverbios 15:1 “La blanda
respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.”
Ser sabio y prudente, es no dejar que la
manera de proceder de otros afecte nuestro carácter, y que a pesar de que otros
no sepan la manera correcta de dirigirse, podamos guardar la compostura y proceder
con madurez. El guardar nuestro corazón y
nuestra lengua, nos ahorrara malestar y nos ayudara a evitar pleitos.
Cuando alguien tiene la costumbre de
gritar, seguramente esta esperando que se le trate igual, pero al no tener la
misma respuesta, tarde o temprano terminara por bajar la voz.
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interio
Por: Ingeborg Bernhard