Cuando alguien se enlista para el ejército,
debe cumplir con ciertos requisitos, uno de los más importantes es su condición
física. Los aspirantes deben estar sanos, porque de otra manera no podrían cumplir
con su misión. Conozco a alguien que estuvo a punto de irse a servir a su país,
pero fue devuelta por no pasar los exámenes que le practicaron antes de partir,
y tuvo que quedarse con la ilusión y la interrogante de como habría sido la
experiencia. Un soldado herido no puede ir a la guerra, debe permanecer en un
hospital.
Los que pretendemos emprender alguna
aventura, un proyecto o una misión, debemos estar bien, sin problemas que nos
impidan ejecutar las tareas que requiera nuestro compromiso. Debemos
examinarnos concienzudamente para
evaluar como esta nuestro corazón porque
con un corazón enfermo, lleno de rencor por la falta de perdón, difícilmente podremos
llegar muy lejos. De manera que, cada vez que demos inicio a algo, hay
asegurarnos que las heridas fueron sanas, y no hay dolor que nos impida
funcionar correctamente. ¿Porque no
preguntarnos entonces si no hay algo que este afectando nuestras habilidades y
capacidades antes de arriesgarnos? ¿Por qué no darnos la oportunidad de
sanarnos? Pensemos bien y entendamos que
de no hacerlo así terminaremos por lastimarnos.
No emprendamos nada sin antes estar
libres de cargas innecesarias que nos sirvan de tropiezo y detengan nuestro
paso. Es tiempo de hacer las cosas bien si queremos tener éxito, y la mejor
manera de hacerlo es dejando libre a los que nos causaron dolor y enterrando
todo mal recuerdo o mala experiencia que sembró desconfianza y temor. Solamente
nosotros podemos decidir y darnos la oportunidad de avanzar, dejando atrás los
sinsabores, las enemistades y los eventos que al traerlos a la memoria nos
hacen mal.
Comienza como se debe; que tú primer paso
sea bien dado, para que los siguientes lleven el ritmo adecuado. Recuerda que
nadie te obliga a castigarte no dándote la oportunidad de ser libre, pues la
esclavitud uno mismo se la impone, cuando insiste en cargar con una condición enfermiza
que entristece y debilita el alma. Un buen capitán jamás se hará a la mar con
un barco en mal estado, porque se hundirá, como tampoco un buen atleta competirá cuando
se encuentra lastimado porque tendrá que abandonar la carrera. Tengo un hijo a quien recién operaron
de una rodilla y que ahora esta atendiendo a sus terapias porque la meta es
estar recuperado al 100% y de ninguna manera conformarse solamente con mejorar,
sino con volver a su condición óptima, como si no hubiese pasado nada. Cuando
se logre ese objetivo, estará listo para hacer deportes, correr, saltar y dejar
atrás la experiencia vivida.
Porque
no hacemos esto nosotros, nuestro Medico por excelencia no desea una mejoría para
nosotros, sino que lo que desea es que estemos tan sanos y fuertes que no haya obstáculo
que no podamos enfrentar y vencer. No caminemos hacia atrás, avancemos comenzando
por sanar porque solo haciendo esto podremos llegar muy lejos y sin mucha complicación.
“Amado,
yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma.” 3 Juan 2. Este verso nos dice claramente que necesitamos
tener salud y teniéndola definitivamente seremos prosperados, por lo tanto,
procuremos primero estar sanos para luego soñar y trazarnos metas que nos
permitan prosperar.
DALE COLOR A TU VIDA
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard