En la vida todo es aprendizaje, desde
el momento de nuestro nacimiento tendremos que aprender grandes lecciones, los
pulmones de un bebe, no acostumbrados a respirar, realizan su primera tarea
para llenarse de aire y aprender a hacerlo. Una de las primeras cosas que hace
el recién nacido es llorar, así se encuentra con el mundo que lo acoge, no con
una sonrisa sino con un llanto necesario para su desarrollo y bienestar.
Es curioso pero a la mayoria de las veces, los grandes pesares que vivimos, nos hacen más
fuertes y a través de ellos nos desarrollamos interiormente, pues las dificultades
y la adversidad son maestros que aportan mucho en nuestra formación.
¿No es
cierto que los sufrimientos nos vuelven fuertes y la creatividad en nosotros surge
cuando se nos acaban los recursos? La razón es que para provocar el nacimiento
de algo bueno en nuestras vidas, es necesario atravesar una especie de túnel
oscuro que nos conduzca a la luz. Es necesario pasar dolor e incertidumbre y en este evento se puede sentir temor.
Algunas personas, considerando el lugar de donde provengan tienen
diferentes formas de expresar esta situacion, unos dicen "me estan moviedo el
tapete" otros "me siento entre la espada y la pared" y lo que
quieren decir es que lo que les sucede no lo provocaron ellos, la misma vida
los puso en esa situación y ahora se sienten inestables, inseguros y no saben
donde ir ni que hacer.
Nos sentimos seguros en el lugar en donde estamos comodos, pues conocemos como
funciona todo, nos relacionamos con personas que hemos aprendido a conocer, y
nos desenvolvemos con naturalidad y sin temor alguno pues hemos crecido en
confianza y eso nos da estabilidad emocional, sin embargo en nuestro interior
puede ser que estemos pidiéndole a Dios que nuestras vidas sean mejoradas, y que
nos sorprenda con bendición, eso es lo mismo que decirle, que queremos cosas nuevas y para que suceda esto, deberá
operarse cambios y a menos que no estemos dispuestos a cambiar es mejor callar; asi que cuidado con lo que pides pues Dios contesta nuestras peticiones.
Luego nos sorprendemos cuando este cambio llega y nos resistimos a él, no
queremos dar los pasos necesarios para nuestro crecimiento pero es necesario
hacerlo. No te angusties cuando llegue este momento, quizás tengas que dejar tu
trabajo, tus amigos, tu casa, tu ciudad y hasta tu iglesia, pues si hay algo en
lo que debes confiar es que el que guía tus pasos se llama Jesús y el jamás te
llevara a ningún ambiente difícil sino es porque tiene un plan perfecto para ti
y los que estén expuestos a ti.
Debemos recordar que como instrumentos de Dios seremos usados donde Él nos
lleve, momentáneamente puede ser incomodo, pero si nos revestimos de confianza
en el que todo lo puede y perseveramos, pronto entenderemos el propósito de la situación
temporal que vivimos. Probablemente descubras en medio de la incomodidad, las
mejores cosas que hay dentro de ti y esto te provocara asombro o quizás
en ese lugar en el que ahora no deseas estar, encuentres tu destino y mas
preciado sueno.
Los cambios producen crecimiento, así que si te encuentras experimentando
uno, sopórtalo con fe y lleno de esperanza de que pronto, muy pronto te sentirás
cómodo, aprenderás a nadar con la corriente sin lastimarte y sin dejar que te
lastimen porque tienes las herramientas que te capacitan para hacerlo, tienes la
ayuda del Espíritu Santo que te guía, te da gracia y no te deja solo y si te rindes a El, tendrás
la sabiduría necesaria para triunfar y ser de bendición.
En 2a. Corintios 1:5 leemos:
"Porque de la manera en que abundan en nosotros las aflicciones
de Cristo, del mismo Cristo abunda nuestra consolación"
No este afligida tu alma, reposa y confía en tu Dios consolador porque él
sabe lo que te conviene.
DALE COLOR A TU VIDA
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard