Bien sabemos que debemos ser misericordiosos con todos y que además debemos perdonar, pero cuando nos toca practicar esto con nosotros mismos, puede resultar mas difícil que hacerlo con los demás.
Pensar que somos demasiado buenos como para haber fallado puede ser una de las razones por la que perdonarnos resulte muy difícil, la verguenza y la exposición de nuestras faltas nos hacen querer protegernos, justificarnos y también castigarnos. Pensamos que ser groseros con nosotros es necesario para pagar por nuestros errores, y alargamos más el proceso de sanidad.
Aceptar nuestra falta, abandonar la justificación y ser sinceros con Dios es lo que necesitamos para iniciar la restauración, mientras mas tiempo tardemos en hacer esto, más nos lastimaremos, mas solitarios nos sentiremos y correremos el riesgo de añadir dolor.
¿Es probable que le hayas fallado a Dios, pero dime quien no lo ha hecho alguna vez? Nuestro Dios es Fiel y Bueno y antes de que pecáramos Él ya lo sabia, y aun así estuvo dispuesto a pagar el castigo por ti. No niegues la obra de Cristo pues El dio su vida por amor, para Él no es sorpresa que fallemos, El bien conoce nuestra condición.
Dios espera que aquellos que han recibido una increíble misericordia de El, muestren la misma misericordia perdonando a su prójimo y a ellos mismos. No es Dios el que tratara de que permanezcamos en un estado de falta de perdón, porque sabe que es destructivo y por esto es que debemos tener cuidado de no caer en la esclavitud producto de la culpabilidad.
La causa principal por la que no nos perdonamos es la incredulidad —cuando son mas fuertes nuestros sentimientos y nuestro razonamiento que el conocimiento de la Palabra de Dios. Recuerda que Jesús llevó el castigo por nuestros pecados (Rom 3.23-26) cuando Cristo murió en la cruz dijo: "Consumado es" Jn 19:30, la deuda esta paga, no existe mas, no hay nada mas que pagar.
Recuerda que aunque te sientas mal, no puedes negar lo que Dios ya hizo por ti, El ya pago por tus pecados para que tu puedas ser libre, no te condenes mas.
DALE COLOR A TU VIDA!
Reflexiones que nutren el ser interior
Por: Ingeborg Bernhard
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